La manera más sencilla de limpiar tu parrilla después de una barbacoa es utilizar un cepillo de metal, pero si todavía no te has hecho con uno, te dejamos unos trucos caseros que te serán de utilidad en esta labor:
Si no te gusta utilizar productos químicos en la limpieza de la parrilla, un truco muy utilizado para dejar tu parrilla lista para asar, es utilizar una cebolla cortada por la mitad.
Para que este truco funcione debes calentar la parrilla en las brasas y posteriormente frotarla con media cebolla.
Un sustituto de la cebolla puede ser el limón, ya que deja en la parrilla un mejor olor.
En muchos lugares del norte de España, la parrilla no se limpia al terminar la barbacoa, sino que se guarda tal cual y es en la próxima cuando se procede a la limpieza. La manera más típica es colocar sobre las brasas la parilla y dejar que esta se caliente, la retiramos de las brasas con una manopla o unos guantes para evitar quemarnos, y con papel de periódico comenzamos a frotarla para que quede bien limpia. Ahora la tinta de los periódicos es ecológica, así que no tienes que preocuparte.
Para una mayor eficacia, puedes añadir al truco anterior unos posos de café y frotar con el papel de periódico. Cuando termines debes pasar un trapo húmedo para retirar los residuos. La grasa incrustada saldrá fácilmente.
Otro método natural y muy efectivo es usar bicarbonato sódico para limpiar la parrilla. En este caso, en un recipiente ponemos el zumo de un limón y una cucharada de bicarbonato. Utilizamos un trapo viejo y lo sumergimos en la mezcla. Después lo pasamos por nuestra parilla sucia para eliminar los restos.
¿Qué truco utilizas tú?
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